En un escenario de desaceleración económica, mayores expectativas de inflación e incertidumbre respecto al marco de acción de las empresas y la iniciativa privada debido a la discusión constituyente, se han visto afectadas de manera importante las expectativas. Así lo demuestra el Informe de Percepciones de Negocios, presentado a principios de agosto por el Banco Central, donde la evaluación sobre el desempeño actual del negocio y las perspectivas a futuro son las más bajas de los últimos 18 meses. A su vez, revela que variables críticas, como precios y márgenes, van a la baja, y los costos y condiciones de financiamiento al alza.
La baja en márgenes se debe principalmente a que las compañías no están pudiendo traspasar a precio todo el alza de costos, ya que la demanda se está comenzando a contraer y una mayor alza de precios hace perder la competitividad.
Si bien la percepción no es la misma en todos los sectores, es en este contexto donde la innovación emerge como un camino indispensable para enfrentar las adversidades del entorno.
Existe bastante consenso en que la innovación puede ser un palanca estratégica fundamental para potenciar la propuesta de valor, aumentar la productividad y fomentar la sostenibilidad del negocio. No obstante lo anterior, frecuentemente surge una primera pregunta: ¿cómo se innova en las empresas y de qué forma podemos capitalizar tempranamente los beneficios que trae consigo la innovación?
Una fórmula de cuatro pasos puede ayudar a encontrar el camino.
En primer lugar, es importante contar con un sistema de gestión de la innovación, que visibilice los desafíos de la empresa, promueva la generación de ideas a todo nivel, pilotee (para “errar temprano y barato”), mida resultados y escale la solución. También, que identifique métricas de generación de valor, de modo que no sea solo innovar por innovar, como si fuera una simple moda.
En segundo término, contar con líderes alineados y comprometidos con el cambio, que sean capaces de influir y comunicar la necesidad de innovar como una forma de enfrentar los desafíos.
Tercero, es necesario lograr la adherencia de los diferentes stakeholders, desde los proveedores hasta los clientes, dando visibilidad a las problemáticas a resolver y compartiendo el valor generado en el ecosistema completo de la innovación.
Finalmente, contar con una estructura organizacional horizontal y una cultura propicia para la generación de nuevas ideas y la colaboración de los equipos, donde se entienda la falla como parte del proceso de innovación.
Una segunda interrogante frecuente es: ¿cómo voy a financiar la innovación, si esta puede ser costosa?, sobre todo considerando las perspectivas empresariales adversas
Aquí es importante aclarar que no todas las innovaciones deben ser difíciles, ni tampoco implicar grandes gastos o inversiones. Hay innovaciones simples de producto, de estándar de servicio, de uso de información y datos para potenciar la eficiencia, que pueden no ser complejas.
Recientemente, el gerente de una inmobiliaria comentaba que tras ver que la mayoría de sus clientes en promedio tenían dos en vez de tres hijos, optó por mover un tabique divisorio en un departamento para dejar los dormitorios de niños del mismo tamaño, logrando un éxito en la venta y a un mejor precio. Un ejemplo de innovación simple, propuesto por los equipos, y con resultados medibles, es la mejor invitación a las empresas para enfrentar lo que viene.